Otoño, querido otoño

Las marchitas hojas están empezando a caer, puedo verlas reflejadas en el recuerdo de cada año, cada estación porque todo, incluso la última gota que cae, todo vuelve. 

La noche llega antes, pero me gusta sentir la oscuridad sobre mí. 

Caminas lentamente sobre el suelo lleno de color, te alejas un instante pero enseguida vuelves, siempre estás ahí aún sin sentirte a mi lado, sé que me acompañas y lo volverás a hacer como cada año.

 La última vez que vi tu imagen, eras un mero recuerdo que acabaría olvidando, hoy has vuelto a renacer. Dejando entrar tu frío helador por las mañanas hasta mis sábanas, el chocolate caliente esperándome en la mesa, ¿podrías no volverte a ir nunca más? 

Difícil asimilar mis palabras cuando ni siquiera puedes escucharme, pero sí, te oigo en pequeños susurros.

 La lluvia que dejas caer confirma mis sospechas, ya estás entrando por la puerta. 

Te voy a saludar y sabes que rogaré que no vuelvas a marcharte hasta que la nieve acabe por destruirte otra vez... 

Bienvenido Otoño.